SENDERO NOCTURNO TEATRALIZADO:RUTA DOS SEQUEIROS.21/07/2017
SENDERO NOCTURNO TEATRALIZADO
RUTA DOS SEQUEIROS
21 de julio del 2017.
En este precioso julio vacacional hemos ido a hacer una
"andaina",un sendero, un camino en familia. Es una ruta
de unos 3 km.y comienza en Pena Folenche, uno de los
pueblecitos de montaña,en su preciosa plaza.
Hemos llegado hasta aquí en coche, no sin pasar antes por una finca cerrada a nuestra derecha cuyos únicos habitantes
eran conejos que forman un poblado conejil y se mueven saltando alegremente.
Unos pocos metros más adelante la dicha de la naturaleza nos sorprende , en un pasaje natural, cruzando la carretera hacia un prado: un "corzo", ciervo grácil y bello de pelaje marrón y cuernos cortos; un hermoso ejemplar macho y joven a juzgar por su cornamenta.
Ya en el pueblo, partimos un grupo bastante grande de gente en la que no podía faltar el alcalde,gente de la zona, turistas momentáneos y nuestro guía para llevarnos de la mano por el sendero de los Sequeiros que tan limpiamente va quedando registrado en nuestras mentes.
En el primer cruce hacia la izquierda nos desviamos por un camino de tierra pasando antes por sus casas de piedra antiguas, recicladas,bellísimas con el color de su piedra marrón vigoroso y sus portales cubiertos de geranios rojos que en el caer de la tarde brillan en todo su esplendor.
Vamos por un camino cuesta abajo paseando entre campos, robles, silvas, zarzamoras que ya comienzan a despuntar con sus frutos. En uno de estos cruces encontraremos a nuestro ilustre acompañante: Aymeric Picaud, monje benedictino francés del S.XII algo extraviado por estos antiguos caminos. Inmediatamente nuestro guía nos lo presenta y con él y su compañía nos trasladamos al medioevo y vemos lo que él debería haber observado en su largo andar.
Este Aymeric había perdido su caballo o se le había muerto exhausto kilómetros más atrás,
pero la cuestión es que el seguía con ardor su peregrinaje a Santiago, peregrinaje anotado escrupulosamente en sus cuadernos y que serían recogidos en el Códice Calixtino.
En tan buena compañía avanzamos y nos encontramos en los soutos de castaños a agradables campesinas que seguían una labor de limpieza de los castaños muy afilada, sacaban "chupones" y
contaron con gracia a nuestro peregrino como se deberían abrir los "ourizos" o erizos para recoger las castañas. Fruto muy completo nutricionalmente y que en aquella época alegraba las arcas de la duquesa y los estómagos de los labriegos. Nos contaron entonces, que de allí se llevaban en sacos las castañas a los "sequeiros" y nos acompañaron para contarnos qué era esa construcción ?: un SEQUEIRO.
En ese zigzagueante camino hallamos a labriegos agotados que habían parado a descansar frente a una señal que rezaba: "Homenaxe a castiñeiros e homes vellos", seguimos andando y encontramos a campesinas que construían barredores de "xestas"(retamas) acompañadas de graciosas cortesanas que tejían calcetas entre las luces del fusco-lusco. y contaban historias de salidos cardenales.
Seguimos hasta llegar a los sequeiros, asombrados con esos campos gallegos, el trinar de los pájaros,
árboles frondosos, enormes y mágicos de los cuáles parece que entre brumas, te va a salir al encuentro en cualquier momento, un druida o un hada.
Subimos y nos topamos a la derecha, de sopetón, con los sequeiros. Esa construcción de piedra en la cuál la gente que no vivía allí todo el año, pero en el tiempo de recogida de las castañas , aproximadamente un mes entre setiembre y octubre, pernoctaba para poder recoger todos los frutos y no perder nada de su sustento.( Recordar que ellos pagaban tributos a la duquesa por el uso de sus tierras y en esos tiempos la alimentación escaseaba. ) Un sequeiro se comprende de dos partes: la COCINA dónde se secaban las castañas en la "caniceira", que es un sobretecho formado por un entramado de listones de madera separados unos milímetros para evacuar el humo de las fogatas, los "lumes" que estaban permanentemente encendidos en el sequeiro con el fin de calentar el ambiente y
secar las castañas. La otra parte se destinaba a dormir.
Secarlas en esa época era la mejor manera de conservarlas y aunque es muy agradable chuparlas eternamente como un caramelo también es un alimento muy sano y muy completo cuando se cocen.
Por ejemplo, en leche, lo que se conoce como "purgazos". También de esa época heredamos una preciosa fiesta que se hace en octubre y se conoce como el MAGOSTO. Consistía y consiste en poner un "cacho" que no era más que un caballete metálico del que pendía un "cazo, pota", asadera, recipiente metálico con agujeros sobre el fuego para asar castañas a las que previamente se les había hecho un corte."Preciosa fiesta de caras tiznadas".
Aquí en este recodo donde se aglomeran los sequeiros que aún están en pie, coincidimos con la duquesa que al estar contenta por haber cobrado los tributos a los campesinos había preparado una pequeña fiesta para todos con "BICA" , el postre tradicional de las tierras de Trives", café, café con leche, chocolate para los niños, agua,etc...y una banda de gaiteros que nos deleitaron con sus hermosas "muñeiras". Aprovechó también, para darle a nuestro olvidado fraile un salvoconducto del que nos beneficiaríamos todos, para pasar sus tierras sin problemas.
Marchamos porque ya caía la tarde y hubo que encender las linternas.Seguimos por caminos desiguales, con piedras y arenilla y surcos dejados por las bajadas del agua de la montaña.
Ya con la noche cayendo sobre nosotros nos dieron el alto un destacamento de la Guardia Civil de aquel siglo, ataviada ya con sus capas verdes hasta los pies para protegerse del sereno que pronto empezaría a caer. Salvado este trance con el salvaconducto de la duquesa aún deberíamos pasar por un grupito de monjas, 4 o 5 sores que también nos dieron el alto porque la abadesa también se creía
propietarias de esas tierras.Pero otra vez nos fué fácil seguir, eso sí, cumpliendo algunas normas que nos dictaron.
La andaina fue hermosa. Ya vislumbramos algo de la civilización en caminos en los cuáles ya se podía apreciar por tramos algo de cemento y más allá, volvimos al S.XXI con las luces de las casas,
el alambrado o los cierres de las "hortas urbanas". Ahora ya no veríamos labriegos,porque había caído la noche pero aún nos dió para agradecer y darles un merecido aplauso a nuestros actores,
de ese precioso teatro que vimos a lo largo del camino. A todos ellos: GRACIAS!!!
Y por supuesto, como no podía ser de otra manera, nuestro próximo artículo será el
SENDEIRO NOCTURNO TEATRALIZADO pero con la RUTA DA CABALAR,
saldremos de Santa Leonor en A Pobra de Trives el día 4 de Agosto del 2017 a las 21 horas.
RUTA DOS SEQUEIROS
21 de julio del 2017.
En este precioso julio vacacional hemos ido a hacer una
"andaina",un sendero, un camino en familia. Es una ruta
de unos 3 km.y comienza en Pena Folenche, uno de los
pueblecitos de montaña,en su preciosa plaza.Hemos llegado hasta aquí en coche, no sin pasar antes por una finca cerrada a nuestra derecha cuyos únicos habitantes
eran conejos que forman un poblado conejil y se mueven saltando alegremente.
Unos pocos metros más adelante la dicha de la naturaleza nos sorprende , en un pasaje natural, cruzando la carretera hacia un prado: un "corzo", ciervo grácil y bello de pelaje marrón y cuernos cortos; un hermoso ejemplar macho y joven a juzgar por su cornamenta.
Ya en el pueblo, partimos un grupo bastante grande de gente en la que no podía faltar el alcalde,gente de la zona, turistas momentáneos y nuestro guía para llevarnos de la mano por el sendero de los Sequeiros que tan limpiamente va quedando registrado en nuestras mentes.
En el primer cruce hacia la izquierda nos desviamos por un camino de tierra pasando antes por sus casas de piedra antiguas, recicladas,bellísimas con el color de su piedra marrón vigoroso y sus portales cubiertos de geranios rojos que en el caer de la tarde brillan en todo su esplendor.
Vamos por un camino cuesta abajo paseando entre campos, robles, silvas, zarzamoras que ya comienzan a despuntar con sus frutos. En uno de estos cruces encontraremos a nuestro ilustre acompañante: Aymeric Picaud, monje benedictino francés del S.XII algo extraviado por estos antiguos caminos. Inmediatamente nuestro guía nos lo presenta y con él y su compañía nos trasladamos al medioevo y vemos lo que él debería haber observado en su largo andar.
Este Aymeric había perdido su caballo o se le había muerto exhausto kilómetros más atrás,
pero la cuestión es que el seguía con ardor su peregrinaje a Santiago, peregrinaje anotado escrupulosamente en sus cuadernos y que serían recogidos en el Códice Calixtino.
En tan buena compañía avanzamos y nos encontramos en los soutos de castaños a agradables campesinas que seguían una labor de limpieza de los castaños muy afilada, sacaban "chupones" y
contaron con gracia a nuestro peregrino como se deberían abrir los "ourizos" o erizos para recoger las castañas. Fruto muy completo nutricionalmente y que en aquella época alegraba las arcas de la duquesa y los estómagos de los labriegos. Nos contaron entonces, que de allí se llevaban en sacos las castañas a los "sequeiros" y nos acompañaron para contarnos qué era esa construcción ?: un SEQUEIRO.
En ese zigzagueante camino hallamos a labriegos agotados que habían parado a descansar frente a una señal que rezaba: "Homenaxe a castiñeiros e homes vellos", seguimos andando y encontramos a campesinas que construían barredores de "xestas"(retamas) acompañadas de graciosas cortesanas que tejían calcetas entre las luces del fusco-lusco. y contaban historias de salidos cardenales.
Seguimos hasta llegar a los sequeiros, asombrados con esos campos gallegos, el trinar de los pájaros,
árboles frondosos, enormes y mágicos de los cuáles parece que entre brumas, te va a salir al encuentro en cualquier momento, un druida o un hada.
Subimos y nos topamos a la derecha, de sopetón, con los sequeiros. Esa construcción de piedra en la cuál la gente que no vivía allí todo el año, pero en el tiempo de recogida de las castañas , aproximadamente un mes entre setiembre y octubre, pernoctaba para poder recoger todos los frutos y no perder nada de su sustento.( Recordar que ellos pagaban tributos a la duquesa por el uso de sus tierras y en esos tiempos la alimentación escaseaba. ) Un sequeiro se comprende de dos partes: la COCINA dónde se secaban las castañas en la "caniceira", que es un sobretecho formado por un entramado de listones de madera separados unos milímetros para evacuar el humo de las fogatas, los "lumes" que estaban permanentemente encendidos en el sequeiro con el fin de calentar el ambiente y
secar las castañas. La otra parte se destinaba a dormir.
Secarlas en esa época era la mejor manera de conservarlas y aunque es muy agradable chuparlas eternamente como un caramelo también es un alimento muy sano y muy completo cuando se cocen.
Por ejemplo, en leche, lo que se conoce como "purgazos". También de esa época heredamos una preciosa fiesta que se hace en octubre y se conoce como el MAGOSTO. Consistía y consiste en poner un "cacho" que no era más que un caballete metálico del que pendía un "cazo, pota", asadera, recipiente metálico con agujeros sobre el fuego para asar castañas a las que previamente se les había hecho un corte."Preciosa fiesta de caras tiznadas".
Aquí en este recodo donde se aglomeran los sequeiros que aún están en pie, coincidimos con la duquesa que al estar contenta por haber cobrado los tributos a los campesinos había preparado una pequeña fiesta para todos con "BICA" , el postre tradicional de las tierras de Trives", café, café con leche, chocolate para los niños, agua,etc...y una banda de gaiteros que nos deleitaron con sus hermosas "muñeiras". Aprovechó también, para darle a nuestro olvidado fraile un salvoconducto del que nos beneficiaríamos todos, para pasar sus tierras sin problemas.
Marchamos porque ya caía la tarde y hubo que encender las linternas.Seguimos por caminos desiguales, con piedras y arenilla y surcos dejados por las bajadas del agua de la montaña.
Ya con la noche cayendo sobre nosotros nos dieron el alto un destacamento de la Guardia Civil de aquel siglo, ataviada ya con sus capas verdes hasta los pies para protegerse del sereno que pronto empezaría a caer. Salvado este trance con el salvaconducto de la duquesa aún deberíamos pasar por un grupito de monjas, 4 o 5 sores que también nos dieron el alto porque la abadesa también se creía
propietarias de esas tierras.Pero otra vez nos fué fácil seguir, eso sí, cumpliendo algunas normas que nos dictaron.
La andaina fue hermosa. Ya vislumbramos algo de la civilización en caminos en los cuáles ya se podía apreciar por tramos algo de cemento y más allá, volvimos al S.XXI con las luces de las casas,
el alambrado o los cierres de las "hortas urbanas". Ahora ya no veríamos labriegos,porque había caído la noche pero aún nos dió para agradecer y darles un merecido aplauso a nuestros actores,
de ese precioso teatro que vimos a lo largo del camino. A todos ellos: GRACIAS!!!
Y por supuesto, como no podía ser de otra manera, nuestro próximo artículo será el
SENDEIRO NOCTURNO TEATRALIZADO pero con la RUTA DA CABALAR,
saldremos de Santa Leonor en A Pobra de Trives el día 4 de Agosto del 2017 a las 21 horas.
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